"Quién más quién menos habrá seccionado alguna vez la cola de una lagartija, observando el divertido movimiento del órgano cercenado. Los lagartos son conocidos por su increíble capacidad para arrojar sus colas como señuelo para los depredadores, pero poco o nada se sabe sobre el movimiento de ésta una vez que se separa del cuerpo del reptil.
Anthony Russell, de la Universidad de Calgary, y Tim Higham, de la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur, están más cerca de resolver este misterio, pues según sus estudios las colas no sólo pueden ejecutar actividad rítmica sino también movimientos complejos perfectamente controlados, incluidos saltos, embestidas y cabriolas.
"Lo que hemos descubierto es que la cola no se limita a oscilar de una forma repetitiva, sino que tiene un repertorio complejo de movimientos variados y de gran complejidad, incluyendo saltos acrobáticos de hasta tres centímetros de altura", explica el profesor Russell.
¿Cuál es el origen del estímulo que inicia esta serie de movimientos complejos? (...)"
Ver aquí.
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