"Una conocida fábula de Esopo narra la historia de un cuervo sediento y una jarra. El ave descubre que la cantidad de agua es muy escasa y, a pesar de sus esfuerzos, no llega con el pico. En vez de desesperarse, el cuervo le da a la sesera y mete dentro de la jarra toda las piedras que encuentra. El nivel del agua sube y puede por fin beber. La historia, cuya moraleja dice que los problemas agudizan el ingenio, tiene mucho que ver con la realidad. Como en la fábula, los cuervos son muy inteligentes. Así lo han demostrado en una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Cambridge, en la que tenían que extraer un regalo de un vaso medio vacío. No solo lo hicieron sorprendentemente bien, sino que mostraron patrones de comportamiento parecidos a los de los niños de hasta 8 años de edad. El estudio aparece publicado en la revista PLoS ONE (...)"
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