"Llamadas angustiadas a la policía, transeúntes corriendo horrorizados a refugiarse en sus automóviles, un zoológico pasando lista a sus felinos… Todo por culpa de un adorable perro, mezcla de caniche y labrador, y del ocurrente de su dueño, quien, a base de peluquería, le ha dado el aspecto de un león.
El pasado 8 de enero resultó un día agitado en la centralita de la policía de Norfolk, Virginia (EE.UU). Hasta tres fueron las llamadas ciudadanas recibidas alertando de la presencia de un león correteando alegremente por las calles de la ciudad. “No sé si se habrá escapado del Zoo o qué”, preguntaba uno de los denunciantes.
Una vez avisados, los responsables del parque reportaron que sus dos leones en nómina, Mramba, el macho, y Zola, la hembra, se encontraban en el recinto. Atando cabos, – “Debe ser un cachorro, tiene el tamaño de un labrador”, había señalado una de las personas que dio la voz de alarma– los agentes de Norfolk concluyeron que la fiera corrupia que merodeaba por la ciudad no podía ser otra que Charles El Monarca (...)"
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