“El monto de la carga declarada por el importador era sólo por 15.000 dólares, pero durante la inspección resultó que la cantidad real era por 400.000”, dijo a la AFP un portavoz de la Aduana.
También se constató que el importador “no era el destinatario real de la carga de cabello humano”, enviado en largas colas de caballo sujetadas por un elástico y apiladas en cajas de cartón. Tampoco reveló el destino final de la carga.
El Dirección de Aduanas instó sin embargo a “los consumidores de este tipo de productos a verificar siempre que el proveedor cumpla con los requisitos sanitarios de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), como los procesos de esterilización y desinfección de los cabellos importados, bajo pena de riesgos para la salud”.
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