"Igual que las cuerdas de un violín o los tubos de un órgano, las proteínas del cuerpo humano vibran según diferentes patrones. Algo que la Ciencia sospechaba desde hace tiempo pero que nadie había podido demostrar. Ahora, Nature Communications publica las primeras pruebas irrefutables de que esas sospechas estaban en lo cierto.
Utilizando un microscopio electrónico, investigadores de la Universidad de Buffalo y del Instituto de Investigación Médica Hauptman-Woodward han conseguido observar por primera vez con detalle las vibraciones de la lisozima, una proteína que se encuentra en numerosas especies de animales.
El equipo encontró que esas vibraciones, en lugar de disiparse rápidamente como sería de esperar, persisten en las moléculas como "el sonido de una campana", en palabras de Andrea Markelz, qirigido el estudio. Y son precisamente esas pequeñas vibraciones las que permiten a las proteínas cambiar rápidamente de forma para enlazarse con otras proteínas, algo de la máxima importancia para hacer posibles funciones biológicas críticas como la absorción de oxígeno o la reparación de célunas y ADN (...)"
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