"¿Recuerda el juego del teléfono escacharrado? Todos hemos jugado alguna vez. Una fila de personas se susurra en orden y por turno un mensaje al oído. Cuando la última persona dice en voz alta el mensaje, resulta que la historia original ha cambiado radicalmente. Ha sido alterada con cada repetición. Esta simple práctica, de hecho bastante reveladora para fomentar el escepticismo cuando nos cuentan algo que no es de primera mano, es, según un estudio de la Universidad Northwestern de Chicago, el mejor ejemplo para explicar el funcionamiento de nuestra propia memoria. Como en el juego, cada vez que recordamos un hecho del pasado, nuestras redes neuronales cambian de forma que podemos alterar el último recuerdo de lo ocurrido. De esta forma, la siguiente vez que nos viene a la cabeza el mismo recuerdo, no es el original, sino el que recordábamos la vez anterior. Es la primera vez que los investigadores demuestran algo semejante, lo que, según ellos, podría tener implicaciones para los testigos que dan testimonio en los juicios penales (...)"
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