"Cuando el gato persa Caffrey tenía tres años de edad fue atropellado por un coche en Woking (Surrey) y perdió una de sus patas traseras. El gato salió adelante gracias a una serie de operaciones que tuvieron un coste de unos 4.000 euros.
Pasaron unos diez años y más o menos se enfrentaba bien a la vida aunque era difícil que se olvidara de su discapacidad. Desgraciadamente hace cuatro meses desarrolló un tumor maligno en una de sus patas delanteras.
Su propietaria Sue Greaves, de 58 años de edad, no dejó que lo sacrificaran ni tampoco que le hicieran sufrir con la quimioterapia. Finalmente tuvieron que amputar la pata delantera del minino, dejándolo con sólo dos patas, ambas al lado derecho.
Paul Harris, el veterinario que lo operó, consultó antes de operarlo las opiniones de varios amigos y todos dijeron que no se debería hacer. Insistieron en que sería incapaz de caminar y que no merecería la pena que viviese así.
Después de amputarle la pierna y de que tuviera una dura recuperación de varias semanas, a los pocos días había alcanzado un equilibrio perfecto. En menos de tres meses desde su operación ya estaba brincando como cualquier gato.
“Todas las personas que lo ven, se asombran de todo lo que puede hacer”. “Él no parece estar preocupado por sólo tener dos piernas”, explicaba Greaves."
Visto aquí.
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