"El británico Darren Chick siempre había presumido de tener un loro que parloteaba un inglés tan perfecto y con un acento tan impecable, que bien podía imitar a los presentadores de la BBC. Como era lógico, a pesar de vivir en California, las largas horas que había pasado con su dueño le habían servido no sólo para compartir hazañas, sino para pulir la lengua de Shakespeare. Hace cuatro años, su querida mascota alzó el vuelo y nunca más volvió a saber nada de ella. La semana pasada reapareció, para alegría de Chick. Eso sí, no habla ni papa de inglés. Sólo español. “Soy de Panamá, ¿qué ha pasado?”, repite una y otra vez (...)"
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