" (...) Cinco años atrás Bertha sintió curiosidad por probar cómo sabía el esmalte de uñas, al sentirse atraída por su olor. Desde entonces su adicción se ha intensificado, llegando a consumir hasta cinco frascos al día.
“Tengo diversas formas de tomarlo, directamente del frasco o pintándome la lengua con el pincel. El color hace que cada esmalte sepa diferente, mi color favorito es el azul”, confiesa la mujer, quien admite que los esmaltes con escarcha son sus preferidos. “Cuando lo tomo estoy brillando en el estómago y por fuera”, argumenta.
Al interior de su casa puede tener cerca de 15 frascos a la mano, y estima que esta debilidad le ocasiona un gasto de 75 dólares por semana.
“Si no tengo esmalte me vuelvo loca. Lo intenté por un día y no pude”, confiesa."
Visto en Solitario George
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