"Ni medallas, ni escapularios ni cruces de Caravaca. El remedio albanés contra el mal de ojo es mucho más llamativo: ositos, perros, elefantes y hasta monos de peluche que cuelgan de los balcones para proteger a las casas de la envidia. Esta peculiar forma de protegerse del syri i keq, como se llama al mal de ojo en albanés, comenzó a usarse hace veinte años con la caída del régimen comunista.
Como tantos otros pueblos eurasiáticos, los albaneses habían recurrido tradicionalmente al ajo, las herraduras de caballo o los espantapájaros para protegerse de maleficios y hechizos.
Pero durante los 47 años de opresión comunista, el dictador Enver Hoxha convirtió Albania, de población mayoritariamente musulmana, en el primer país ateo del mundo, donde los clérigos fueron fusilados, encarcelados y enviados a campos de trabajo forzado. Las supersticiones fueron igualmente consideradas retrógradas y eliminadas a la fuerza de las costumbres populares, explicó la antropóloga Armanda Hysa.
El único vestigio de esos amuletos que se siguió empleando abiertamente fue el dordoleci, un monigote feo y vestido con harapos que se empleaba para espantar a los pájaros de las huertas y los cultivos. Tras el cambio de sistema hace 20 años, su misión empezó a pasar de ahuyentar a las aves a proteger del mal de ojo.
Pero su empleo ha ido siendo sustituido por esos peluches hermosos y llamativos que cuelgan ahora de muchas ventanas y tejados para atraer toda la envidia y la energía negativa de la gente (...)"
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