"Muy afecto a los rituales, el entrenador José Roberto Guimaraes probó que pedir un deseo mientras se toca a un jorobado da suerte: funcionó en Barcelona-1992, cuando ganó su primer oro como jugador, y ahora en Londres, 20 años después, con la selección femenina.
"Estaba entrando en la Villa (Olímpica) y vi un jorobado. Me dije 'lo mismo que en Barcelona', porque entonces cenamos con las esposas en Barcelona y el camarero era jorobado. Me acerqué, lo saludé y le toqué el brazo, porque sabes que cuando lo ves tienes que pedir un deseo", recuerda entre risas el estratega.
Por eso, 20 años después, cuando vio un jorobado inglés, voluntario en la Villa Olímpica, se preguntó: "¿qué voy a hacer? Necesito un plan, porque a fin de cuentas no cuesta nada, ya funcionó la primera vez", sigue.
Un compañero del Comité Olímpico Brasileño (COB) le dio un pin de la selección que tenía en el bolsillo -"todo lo que necesitaba"- y cuenta el entrenador que salió corriendo a buscar al chico para darle la insignia. "Se había ido, y yo '¿y ahora?'. De repente regresa, lo llamé, le dije que tenía ese pin para él", indica simulando el gesto de que cómo lo abrazaba (...)"
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