"Un pellizco en la tripa". Esa fue la sensación culpable del nacimiento de Entre Lobos, el tercer filme de Gerardo Olivares. Cuando el director y guionista conoció la historia del pequeño salvaje de Sierra Morena no dudó sobre su fuerza cinematográfica y se puso manos a la obra con esta "historia de amor de un chico y la naturaleza".
Un artículo del ABC de Sevilla de 1987 y la tesis doctoral del antropólogo Gabriel Janer de 1978 son las únicas pruebas sobre la realidad vivida por Marcos Rodríguez Pantoja. Un niño maltratado y vendido por su padre que acaba sobreviviendo sólo en las entrañas de Sierra Morena gracias a su amistad con los lobos y una total comunión con el entorno (...)"
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