"Cuando Marco Polo las escuchó en China, sospechó de los malos espíritus. Cuando los residentes en Copiapo, Chile, oyeron que emanaba de una colina de arena, denominaron al pico El Bramador, por sus rugidos y bramidos.
Los científicos hoy las llaman “arenas cantarinas”, pero se están refiriendo a lo mismo: cuando granos de arena se deslizan hacia abajo de las laderas de algunas dunas de arena, producen un gemido o zumbido profundo que reverbera por millas.
Pero cómo producen esta “música” estas dunas sigue siendo un misterio muy debatido. ¿Otra pregunta enojosa es por qué diferentes dunas cantan melodías diferentes — y cómo pueden algunas incluso cantar más de una nota a la vez?
A trío de biofísicos parisinos creen que saben la respuesta. No es necesariamente el movimiento del océano arenoso lo que determina el tono de la nota — es el tamaño de los granos, aunque todavía se desconoce por qué importa el tamaño.
Los investigadores localizaron primero un par de dunas cantarinas, una en Marruecos y otra en Omán. Trabajando literalmente sentados en sus pantalones, deslizando sus pies primero hacia abajo de las colinas para desencadenar las avalanchas. Encontraron que, mientras la colina marroquí gimió en un constante 105 Hz — o un G bajo fuerte — las dunas omaníes cantaban un fragor de nueve notas que van desde 90 a 150 Hz (...)"
Ver Marcianitos Verdes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario