"Los peces plateados como las sardinas o los arenques se convertirían en un suculento y atractivo manjar con el cartel puesto de «cómeme» para sus depredadores si no fuera porque son capaces de saltarse a la torera una de las leyes de la Física, en concreto, la que se refiere a la reflexión de la luz. Las superficies reflectantes polarizan la luz, un fenómeno que los fotógrafos superan mediante el uso de gafas de sol o filtros polarizantes, pero estos peces evitan desvelarse a sí mismos con su propia «capa de invisibilidad». La investigación aparece publicada en la revista Nature Photonics.
Hasta ahora se creía que la piel de los peces -que contiene una disposición de varias capas de cristales reflexivos de guanina -polarizaba plenamente la luz cuando se reflejaba. A medida que la luz se polariza, debería producirse una disminución en su reflectividad. Sin embargo, los investigadores de la Escuela de Ciencias Biológicas de Bristol han encontrado que la piel de las sardinas y el arenque contiene dos tipos de cristal de guanina, cada uno con diferentes propiedades ópticas. Mediante la mezcla de estos dos tipos, la piel del pez no polariza la luz reflejada sino que mantiene su alta reflectividad (...)"
Ver en ABC.
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