"Es la versión oficial: el primer ministro de Japón no le teme a los fantasmas.
Tales fueron los términos de un escueto comunicado, que el gobierno de esa nación asiática se vio forzado a emitir hace poco. ¿La razón? Una creciente especulación sobre los verdaderos motivos por los cuales, tras cinco meses en el cargo, Shinzo Abe no se ha mudado al "Koutei", la residencia oficial de los mandatarios japoneses.
Otros ocupantes han hablado de pasos en la oscuridad, de botas que marchan, de puertas que se abren para llevar a pasillos vacíos; de sombras que se escurren entre las esculturas de sapos que trepan las paredes, que se esconden tras el mobiliario art decó...
Porque resulta que la mansión de ladrillos de 11 habitaciones, construida en 1929, ha sido escenario de varios asesinatos. Y, según se ha hablado por décadas, sus fantasmas no la habrían abandonado (...)"
Ver en BBC.
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