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"Una vez recuperada esa potencia perdida, era necesario asegurarla a perpetuidad gracias a la ingesta de algún elixir de la eterna juventud. Y es aquí donde han aparecido las milagrosas bayas del Goji como el complemento alimenticio ideal, procedentes nada menos que del misterioso Tíbet y cuyas propiedades casi mágicas nos aseguran salud y longevidad. Afirma la nueva leyenda urbana que el Goji es un arbusto que crece en los valles del Himalaya, a unos 4.000 metros de altitud. También que sus frutos son el secreto de los Hunzas, conocidos por ser “el pueblo más sano y feliz de la Tierra”, cuyos ancianos llegan fácilmente a la edad de 130 años sin apenas un achaque.
Pero la realidad es muy diferente. A 4.000 metros de altura la vegetación es poco más que herbácea, incluso en el Himalaya, impropia para mantener los inmensos cultivos de bayas rojas capaces de inundar los mercados de medio mundo. Para colmo de males, la planta no tiene nada de silvestre, ni siquiera es autóctona. Es de origen mediterráneo, pariente de nuestros tomates, pimientos y berejenas, pues pertenece a la familia de las Solanáceas y son primas hermanas de nuestro cambrón (Lycium europaeum), ese arbusto espinoso común en las montañas de Almeria, Murcia y Alicante (...)"
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