"Se considera “pintor, hojalatero y artífice de la palabra”. El estadounidense Tyree Callahan vive en Bellingham (Washington), una pequeña ciudad del noroeste del país que le cautiva por “el juego de la luz sobre el paisaje”. Sus óleos están inspirados en la naturaleza y muestran, con cierta abstracción, los matices en las tonalidades -sombrías y luminosas a la vez- de amaneceres y crepúsculos.
Sé que no es la primera vez que las máquinas de escribir son las protagonistas de la sección de Artefactos, pero me sorprende comprobar cómo un aparato supuestamente obsoleto puede esconder tantas posibilidades artísticas. Las piezas son maleables, el propósito puede variar con solo unos cuantos cambios.
El último invento de Callahan sintetiza lo que piensa de sí mismo en un solo objeto. La máquina de escribir cromática une de manera singular la pintura con la letra. “Estoy emocionado. La reacción a esta pieza ha sido especial. Ha iniciado debates sobre la transformación del arte en palabras y de las palabras en arte”, dice el artista en su blog personal.
Los tipos están sustituidos por pequeños fragmentos de pastel tiza que con el tecleo impregnan los tonos en el papel. Las teclas en lugar de letras se corresponden con el color que hay al otro extremo de cada varilla. “La gente con sinestesia parece ser la que más disfruta del invento”, afirma el artista buscando una utilidad psicológica a su obra (...)"
Ver aquí.
sábado, 24 de diciembre de 2011
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