La madre, que vive en un área rural del estado, no se realizó escáneres con ultrasonido durante el embarazo y sólo supo de lo que le ocurría a su bebé minutos antes del alumbramiento, informa Dailymail.
Tras varios tests, los médicos descubrieron que el bebé tenía dos cabezas y dos médulas espinares, pero comparten un corazón, pulmones, hígado y pelvis. Los doctores señalaron que un parto natural conllevaría un gran riesgo para la madre y el bebé. La cesárea duró una hora porque el bebé venía de nalgas.
El director del hospital, Claudionor Assis de Vasconcelos, explicó al periódico brasileño O Povo que la mujer decidió acudir al hospital porque sintió fuertes dolores abdominales.
“A pesar de todos los problemas que tenemos como pequeño hospital interior conseguimos salvar tanto a la madre como al bebé, que era nuestro objetivo. Para nosotros es una gran sorpresa descubrir que el niño tiene buena salud” (...)"
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