"Bendita pero contaminada. Así era el agua que bebieron 117 feligreses de la Iglesia Ortodoxa Rusa y que los mandó al hospital. El luctuoso suceso tuvo lugar en la ciudad de Irkutsk, en el oriente del país, durante la celebración de la Epifanía.
En total 204 personas tuvieron que ser atendidas por la intoxicación. De ellas 117, incluyendo 48 niños, tuvieron que ser ingresados en el hospital aquejados de fuertes dolores de estómago después de beber el agua “bendita“. El agua fue extraída por el pope de una iglesia local de un lago estancado, aunque aún se desconoce el motivo la intoxicación.
Los creyentes rusos consideran sagrada cualquier agua bendecida en la Epifanía (que se celebra el 19 de enero), por más que la mayor parte del agua del grifo en Rusia no sea potable."
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