"Rifca Stanescu, gitana rumana, se convirtió en 2009 en la abuela más joven del mundo, después de que su hija María diera a luz a su hijo Ion con sólo 11 años. María no hacía más que perpetuar la tradición familiar, pues Rifca engendró a María con sólo 12 años. El pequeño Ion tardará en convertirla en bisabuela lo que tarden en mover la colita sus primeros espermatozoides, pues ya está comprometido con una niña de 8 años, según su abuela.
La jovencísima abuela nació en 1985 y a sus tiernos 11 años huyó con su novio de 13, Ionel, a la sazón vendedor de bisutería. Un año después Rifca estaba embarazada. La pareja de amantes escapó de su familia porque Rifca estaba enamorada de Ionel pero también estaba comprometida desde los dos años, recuerda.
En declaraciones al tabloide británico The Sun, Rifca dice alegrarse por ser abuelo aunque “está un poco triste porque hubiera querido otro destino para mi hija, igual que quiso uno mejor para mí”. Rifca quería que su hija continuara con los estudios pero parece improbable que esto suceda.
En la cultura gitana la virginidad está altamente valorada, hasta el punto de que un pacto matrimonial entre dos familias queda automáticamente anulado si se comprueba que la novia no es virgen. Eso explica la asombrosa precocidad de las parejas de la etnia calé.
Aun con todo, los casos de Rifca y su hija María palidecen si se comparan con la peripecia de Lina Medina, la niña peruana que se convirtió en la madre más joven de la historia a la delirante edad de 5 años y 7 meses. Si sus descendientes hubieran seguido su trayectoria –cosa que, a Dios gracias, no sucedió- Nina, que tiene hoy 77 años, tendría 14 generaciones vivas colgando de su árbol genealógico."
Visto en Strambotic.
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