"Es lo que tiene el mundo del misterio, uno puede creer o no en lo no identificados, puedes salir a buscar señales en decenas de alertas y no ver nunca nada extraño en tu vida, pero luego un declarado escéptico ni busca ni cree y se topa de bruces con lo desconocido. No puedes buscar lo desconocido, el te encuentra a ti.
Eso mismo le sucedió al ingeniero retirado Roy Shaw cuando, mientras paseaba con su perro Sydney, tuvo en encuentro cercano con lo desconocido. Su relajado paseo se convirtió en terror cuando en Exmouth en un lugar conocido como Phear Park, se topó con una extraña nave y una figura desconcertante junto a ella. El terror se apoderó tanto de él que en su huida se torció el tobillo (...)"
Ver en Esencia 21.
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