"Nadie disfruta yendo a un entierro, tampoco nadie disfruta siendo esposado por un policía.Así que imagináos cómo lo pasaron 83 asistentes a un funeral en el camposanto de una iglesia de Hackney (Londres) cuando vieron que la policía se los llevaba del lugar.
¿Qué había pasado? Por lo visto la policía había planeado una redada contra la delincuencia juvenil en los alrededores. Qué les llevó a pensar que varias personas llorosas eran delincuentes que se refugiaban en el cementerio es un misterio.
Nadie quiere hablar del asunto, ni policía ni familiares, ni el vicario que oficiaba el funeral. Eso sí, los agentes ya han pedido disculpas y han minimizado un poco la afrenta diciendo que, con todo, durante la redada se incautó heroína por valor de 850.000 Euros. También han aclarado que el alijo no pertenecía a ninguno de los asistentes al funeral (...)"
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