"La familia Fronterotta, de Gallup, Nuevo México (EE.UU.) sufrío hace tres años un robo. Un ladrón entró en su casa y se llevó 1.000 dólares y varias joyas. Supuso una gran molestia para las víctimas, pero no fue ninguna tragedia.
Curiosamente, lo que sería un robo más ha pasado a ser algo surrealista. Las víctimas recibieron hace unos días un paquete anónimo. Dentro había una carta… y la totalidad de las joyas robadas.
El remitente de la carta era el ladrón, que se disculpaba por haber llevado a cabo la actividad delictiva en esa casa y afirmaba que trataría en lo posible de devolver el dinero robado. Aquí tenéis un video sobre el asunto.
Lo curioso del asunto es que el ladrón afirma en su carta que devuelve lo robado porque desde que hizo “el trabajito” todo le ha ido mal. Vamos, como si le hubiese caído una maldición desde que se llevó las joyas (...)"
Ver aquí.
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