En 1970, un joven físico que trabajaba en la Unión Soviética, hizo una predicción bastante poco intuitiva. Vitaly Efimov, ahora en la Universidad de Washington en los Estados Unidos, demostró que los objetos cuánticos que no pueden formarse en pares, podían, no obstante, formarse en tripletes.
"En 2006, un grupo de Austria encontró el primer ejemplo del conocido como estados de Efimov en un gas frío de átomos de cesio.
Esto es desconcertante. Seguramente los enlaces que mantienen unidos los tripletes son los mismos que los que unen a los pares. ¡En realidad, resulta que no! Hay una sutil pero importante diferencia que hace que estos enlaces sean completamente diferentes.
Hoy, Nils Baas de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología hace otra asombrosa predicción. Dice que los extraños y poco sofisticados enlaces que permiten que se unan los átomos de cesio en tripletes deberían permitir que se formasen también objetos mucho más complejos. De hecho, dicen que estamos al borde de descubrir una nueva forma de materia gobernada por una rama completamente nueva de la física.
Tras este extraño resultado está una rama de las matemáticas conocida como topología, el estudio del las formas. La topología trata en particular de las propiedades de las formas que se conservan cuando un objeto se comprime, estira y deforma, pero no cuando se hace pedazos.
Un útil ejemplo es considerar el famoso anillo Borromeano mostrado arriba a la izquierda. Consta de tres círculos entrelazados de tal forma que cortando uno, se liberan los otros dos.
Un punto clave aquí es que los círculos en una plano bidimensional no pueden formar un anillo Borromeano. Pero si se introduce una tercera dimensión, de pronto, todos los círculos pueden vincularse de esta forma. Por supuesto, cualquier planilandio que viva en este mundo 2D quedaría completamente desconcertado por esta propiedad (...)"
Ver aquí.
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