"El anciano, llamado Chen De y con una apariencia frágil (metro y medio de estatura y muy delgado), dice que cada mes bebe entre tres y cuatro litros de gasolina.
Recuerda que en empezó a consumir queroseno en 1969, cuando una persona se lo recomendó como remedio para tratar una tos muy fuerte que lo aquejaba, y siguió haciéndolo al confirmar que el combustible era efectivo para suavizar la garganta.
La gasolina llegó después, cuando la venta de queroseno se redujo en el país asiático. Chen, que calcula haber consumido en este tiempo una tonelada y media de estos combustibles, defiende que estas poco habituales bebidas han sido muy beneficiosas para su salud.
Los hijos de Chen trataron de convencer en incontables ocasiones a su padre para que dejase de beber estos productos, pero él siempre se negó y, cansado de esta insistencia, desde hace ocho años vive solo (...)"
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