"Un conocido museo austriaco ha despedido a un empleado por lavarse las manos y la cara con su propia orina.
Alfred Zoppelt se ha quedado sin trabajo después de 23 años trabajando como asistente en el palacio de Beldevere, en Viena, que cuenta con una importante colección de arte.
Según su versión, el tipo de prácticas por las que ha sido despedido «nunca fueron un problema». Zoppelt, de 57 años, ha revelado los motivos que le han dado: «Regularmente te restriegas con orina en la piel, sobre todo en la cara y las manos. Con esto manchas el lugar donde trabajas y amenazas a la salud de tus compañeros».
La agencia AP ha podido confirmar la información. Los creyentes en la «terapia de la orina» defienden beneficios médicos y cosméticos, aunque nunca han sido probados."
Ver aquí.
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