"Chile no es el único lugar donde sus organismos de emergencia son puestos en tela de juicio debido a su actuación tras una catástrofe. Consideremos el caso de la ciudad italiana de L’Aquila, donde la fiscalía sometió a proceso a 6 sismólogos y al Director de la Agencia de Protección Civil, bajo cargos de homicidio, debido a la muerte de 309 personas durante el terremoto que azotó la zona en 2009.
Desde luego nadie los acusa de no haber predicho el terremoto, sino de haber hecho declaraciones que bajaron la guardia de la población frente a la posibilidad de un gran movimiento telúrico, provocando que no tomaran precauciones que -tal vez- pudieron salvar sus vidas.
El caso se remonta a una conferencia de prensa ofrecida una semana antes del terremoto por Bernardo De Bernardinis, director de la Agencia de Protección Civil italiana, tras consultar a un panel de sismólogos respecto de si la seguidilla de temblores que habían sufrido hasta el momento representaba riesgos mayores, indicó la revista científica Discover.
Su fallo fue tajante: “La comunidad científica me ha dicho que no hay peligro, ya que (estos temblores) están descargando la energía. La situación se ve favorable”, indicó De Bernardinis, provocando que muchas personas permanecieran en sus hogares o desestimaran tomar otras precauciones (...)"
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