"El nuevo primer ministro ucraniano, Mykola Azarov, confesó el viernes haber llamado a un sacerdote ortodoxo para bendecir su oficina con el fin de espantar las vibraciones de su predecesora, Yulia Timochenko, y añadió que las reformas en tiempos de crisis no eran un asunto de mujeres.
"Era muy difícil respirar allí. Después de la bendición era más fácil respirar", dijo Azarov durante un viaje a Dnipropetrovsk (centro-este), citado por Interfax.
Azarov, reputado por ser un burócrata puntilloso, contrasta con la carismática e imprevisible Timochenko, cuyo gobierno cayó tras su derrota en las elecciones presidenciales de febrero, que ganó Viktor Yanukovich (...)"
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