jueves, 2 de diciembre de 2010

Se salvó por un milímetro

"Benavidez estaba fijando un techo, cuando la herramienta se disparó por error, el disparo provocó que cayera para atrás y el clavo fue directo hacia su boca.
Un clavo de 8 cm (3.2in) se alojo a 1 mm de su cerebro. Los médicos dijeron que pudo haber quedado ciego, y el cerebro dañado o muerto.

No se dio cuenta lo que había sucedido hasta que vio la sangre corriendo fuera de su boca. El hombre de 28 años de edad, de California, dijo: “No me dolió, pero yo sabía que algo andaba mal”.

“Entonces sentí algo con mi lengua”. No podía hablar, así que tuvo que lanzar su casco a su hermano para conseguir su atención.

“Cuando llegué al hospital y los médicos vieron la radiografía, pensaron que yo había tratado de matarme.”
Ver en Solitario George.

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